El espíritu de Jorge Bucay se apoderó de mí esta mañana y e hizo escribir cosas que si las pongo en un libro la levanto en pala. Pero como soy un gil y no creo en los manuales de autoayuda, no pasa de ser una joda.
En realidad estaba escribiendo cosas para una licitación y como seguro me las van a entubar más temprano que tarde, las copypasteo acá, antes de tirarlas al basurerito de la compu.
¡Ah!, para que vean que lo de Bucay es en serio, está redactado en femenino y en argentino.
Habla una señora muy dejada de lado, mal vestida, sin maquillaje, despeinada, un poco gorda. Muy descuidada.
Hola, soy vos. Pero no la vos que ve toda la gente, la súper mamá, la trabajadora exitosa, la esposa perfecta.
Soy la vos de adentro, la vos que dejaste de lado sin darte cuenta.
La vos a la que hace años no le das un mimo.
Ya sé, ya sé, las excusas me las sé todas de memoria:
Es que el trabajo, es que el colegio de los chicos, es que mi marido, es que los amigos, es que mi familia, es que el gym, es que la vida.
Podríamos escribir un manual de varios tomos con esas excusas y sin embargo hay una realidad ineludible… vamos, si me estás viendo.
Descuidada, falta de cariño, olvidada en el fondo de tu subconsciente. Tan al fondo que quedo escondida y ya casi no me ves más.
¡Ya sé!, ¡eso es lo que querías!, ¡claro!, ¡Cómo no me voy a dar cuenta!, lo que querías era olvidarte de mí, olvidarte de vos misma.
Siempre me quisiste tan poco. Siempre TE quisiste tan poco.
Pero tengo una buena noticia. La falta de amor se cura.
Y se cura amando.
Pero ojo, eso de negarse a una misma para amar a otros no funciona (bueno, funciona para la Madre Teresa y para dos o tres más, pero no para nosotras, peatonas del camino de la vida).
El común de los mortales sigue el orden inverso:
Primero te amás a vos misma, después podés ofrecer amor a los otros.
Así que dale. Empezá a darme bola. Empezá a quererme un cachito.
Empezá a quererte, que lo que mueve al mundo es el amor.
Pero lo que mueve tu vida, es el amor por vos misma.
Dejá de escuchar las críticas.
Date un gustito.
Si querés llorar, llorá. Pero si querés reirte, no te reprimas.
A propósito. Aprendé a reirte de vos misma cuanto antes, si te tomás muy en serio a vos misma la va a pasar muy mal en un mundo que insiste en reirse de vos todo el tiempo.
Si estás contenta, cantá. Si estás triste, también.
Si vas a una fiesta, salí a bailar. Los que se quedan tomando en la mesa se emborrachan antes, pero se aburren terriblemente.
Querete, hacelo por vos y también hacelo por los otros. Porque la falta de amor propio se trasparenta.
Hacé de este mundo un lugar mejor, al menos para vos.
martes, 30 de marzo de 2010
viernes, 19 de marzo de 2010
Chau (Proximity)
Hoy fue el último día que trabajé en Proximity.
Las emociones son encontradas. Por un lado no sé qué se viene en el futuro cercano si no consigo laburo pronto. Por otro lado, me siento un poco liberado.
No obstante, trabaja en esa agencia un puñado de gente que supo llegarme al corazón. Los mismos con los que el miércoles próximo compartiré un par de chelas y a los que quiero en serio.
He aquí una copia del texto que mandé como despedida con copia a todos. Espero que les guste.
Es increíble cómo uno va adquiriendo cuero de chancho.
Increíble cómo se impermeabiliza el corazón.
Increíble de igual manera cómo siempre que creemos que somos inmunes a las cosas,
la vida nos sigue dando sorpresas.
El mismo día que me dijeron que no me renovaban el contrato vino el segundo terremoto más grande que haya tenido este país. El quinto más grande del mundo.
A veces el mundo es así de jodido para ponerte las cosas en perspectiva.
¿De qué me voy a quejar?
Si hay gente que lo perdió todo y ahí está, haciendo fuerza para sacar los últimos escombros de su casa para ver si pueden construir una mediagua antes que vengan las primeras lluvias.
¿De qué me voy a quejar?
Si hay mamás que lloran porque a sus bebés se les cuece el potito por no tener siquiera un pañal que ponerle.
¿De qué me voy a quejar?
Si hay gente que vuelve a lo que queda de su casa y se les nubla la vista porque lo único que pueden ver son los fantasmas de los que, hasta hace unos días, eran su familia.
Esta tarde cuando vuelva a mi casa van a estar mis hijos esperándome, mi mujer preparando unos mates, cerraduras en las puertas, agua caliente para ducharse, comida en el refri.
Cualquier cosa que diga en este contexto, es fatua, necia, petulante y vacía de contenido.
¿De qué me voy a quejar?
Las emociones son encontradas. Por un lado no sé qué se viene en el futuro cercano si no consigo laburo pronto. Por otro lado, me siento un poco liberado.
No obstante, trabaja en esa agencia un puñado de gente que supo llegarme al corazón. Los mismos con los que el miércoles próximo compartiré un par de chelas y a los que quiero en serio.
He aquí una copia del texto que mandé como despedida con copia a todos. Espero que les guste.
Es increíble cómo uno va adquiriendo cuero de chancho.
Increíble cómo se impermeabiliza el corazón.
Increíble de igual manera cómo siempre que creemos que somos inmunes a las cosas,
la vida nos sigue dando sorpresas.
El mismo día que me dijeron que no me renovaban el contrato vino el segundo terremoto más grande que haya tenido este país. El quinto más grande del mundo.
A veces el mundo es así de jodido para ponerte las cosas en perspectiva.
¿De qué me voy a quejar?
Si hay gente que lo perdió todo y ahí está, haciendo fuerza para sacar los últimos escombros de su casa para ver si pueden construir una mediagua antes que vengan las primeras lluvias.
¿De qué me voy a quejar?
Si hay mamás que lloran porque a sus bebés se les cuece el potito por no tener siquiera un pañal que ponerle.
¿De qué me voy a quejar?
Si hay gente que vuelve a lo que queda de su casa y se les nubla la vista porque lo único que pueden ver son los fantasmas de los que, hasta hace unos días, eran su familia.
Esta tarde cuando vuelva a mi casa van a estar mis hijos esperándome, mi mujer preparando unos mates, cerraduras en las puertas, agua caliente para ducharse, comida en el refri.
Cualquier cosa que diga en este contexto, es fatua, necia, petulante y vacía de contenido.
¿De qué me voy a quejar?
martes, 16 de marzo de 2010
Vamos al baño
Cuando el apuro apura, es mejor meterse en el lugar adecuado. Porque no cualquier baño es para cualquier persona.
He aquí una colección de símbolos de baños (masculinos, si después tengo tiempo y ganas hago unos de mina), para colocar en cualquier puerta y hacer las delicias de grandes y chicos.
Si no entienden alguno, pregunten... nadie nació sabiendo.
Si quieren proponer otro comenten nomás, que acá se los hacemos en the simbol factory y se los entregamos envuelto para regalo.
viernes, 12 de marzo de 2010
Me subo en La Ley, me bajo más o menos en Cristian Castro
El metro de Satiago es muy pro, no como el vetusto subte porteño ni como ese adefesio de culebra gigante naranja que es el metro de México.
El metro de Santiago, para que se den una idea, tiene plasmas en las estaciones, así no te aburrís los 2.5 ó 3 minutos que tenés que esperar entre un tren y el otro. También tiene pantallitas planas más chicas adentro de los vagones (vagones es un decir, porque son trenes boa, que podés caminar desde una punta a la otra del tren sin pasar por ninguna puerta).
Ahí, en las teles, pasan de todo: videoclips, noticias, comerciales, recomendaciones sobre el uso del sistema de transporte público... mil cosas.
Hace muy poco acabo de descubrir que la programación siempre comienza a la misma hora y se repite día tras días con las mismas cosas (lo único que cambian son las noticias, pero como tienen un tiempo determinado, todo el resto de la programación sigue con el mismo timming).
Lo descubrí cuando varios días seguidos me bajé en la misma estación y Julieta Venegas estaba por la misma parte de la canción.
También descubrí, con el cambio de mes, que la programación cambia periódicamente.
Como todos los días dejo a mi hijo a la misma hora en el jardín, todos los días me tomo el metro cuando el Beto Cuevas se está desgañitando con "...necesito tu calooooor...", hago el trasbordo de una línea a la otra cuando Cristian Castro empieza a cantar "Lloran las rosas" (no me jodas, que nombre estúpido para una canción) y me bajo dos paradas más allá, cuando está terminando.
Tras mucho reflexionar al respecto... bueno, mucho no, un poco... bueno, un poco tampoco, en realidad se me acaba de ocurrir... la cosa es que lo pensé, ¿tamo?. Lo que pensé es que quizás, si uno fuera ciego, se podría guiar por la música para moverse sin problemas por el metro.
Se debería hacer un mapa musical: A las 9 en punto te tomás el tren, vas a escuchar que Avril Lavigne está cantando la de Alicia en el País de las maravillas, ahí le das laaargo laaargo laaargo, hasta que Thalía diga por tercera vez "...tequila, tabaco y ron...", subís la escalera y te subís en el momento en que Calamaro comienza El Salmón y te bajás cuando termina la canción (si pudieras ver, sería el momento en que Calamaro llega frente a cámara).
El metro de Santiago, para que se den una idea, tiene plasmas en las estaciones, así no te aburrís los 2.5 ó 3 minutos que tenés que esperar entre un tren y el otro. También tiene pantallitas planas más chicas adentro de los vagones (vagones es un decir, porque son trenes boa, que podés caminar desde una punta a la otra del tren sin pasar por ninguna puerta).
Ahí, en las teles, pasan de todo: videoclips, noticias, comerciales, recomendaciones sobre el uso del sistema de transporte público... mil cosas.
Hace muy poco acabo de descubrir que la programación siempre comienza a la misma hora y se repite día tras días con las mismas cosas (lo único que cambian son las noticias, pero como tienen un tiempo determinado, todo el resto de la programación sigue con el mismo timming).
Lo descubrí cuando varios días seguidos me bajé en la misma estación y Julieta Venegas estaba por la misma parte de la canción.
También descubrí, con el cambio de mes, que la programación cambia periódicamente.
Como todos los días dejo a mi hijo a la misma hora en el jardín, todos los días me tomo el metro cuando el Beto Cuevas se está desgañitando con "...necesito tu calooooor...", hago el trasbordo de una línea a la otra cuando Cristian Castro empieza a cantar "Lloran las rosas" (no me jodas, que nombre estúpido para una canción) y me bajo dos paradas más allá, cuando está terminando.
Tras mucho reflexionar al respecto... bueno, mucho no, un poco... bueno, un poco tampoco, en realidad se me acaba de ocurrir... la cosa es que lo pensé, ¿tamo?. Lo que pensé es que quizás, si uno fuera ciego, se podría guiar por la música para moverse sin problemas por el metro.
Se debería hacer un mapa musical: A las 9 en punto te tomás el tren, vas a escuchar que Avril Lavigne está cantando la de Alicia en el País de las maravillas, ahí le das laaargo laaargo laaargo, hasta que Thalía diga por tercera vez "...tequila, tabaco y ron...", subís la escalera y te subís en el momento en que Calamaro comienza El Salmón y te bajás cuando termina la canción (si pudieras ver, sería el momento en que Calamaro llega frente a cámara).
lunes, 8 de marzo de 2010
La tanda del desastre... no tan mal, ¿eh?
El título parece un oxímoron, lo sé.
¿Cómo que qué es un oxímoron?, buscalo en internet, ¿qué me preguntás a mí?
En fin, lo que nos atañe, a lo que vinimos, el meollo, el nudo, el tema del cual trataremos:
La tanda de los comerciales desde el terremoto para acá.
Sorprendido señor... sorprendido.
Difícil hacer un comercial que no sea lacrimógeno después de eso.
Difícil también hacer un comercial con puras imágenes de archivo de los noticieros.
Difícil hacer un comercial en 5 minutos un sábado a la mañana, producirlo a la tarde / noche y que salga el domingo a la mañana.
Por eso aplaudo a todos los creativos junior y estudiantes en práctica de las agencias chilenas, porque fueron ellos los que los hicieron, ya que sus jefes estaban viendo cómo se les había rayado el BMW cuando el terremoto les tiró los palos de golf encima.
Ninguna de las cosas que vi va a ganar ningún premio. De hecho, la mayoría está bien lejos de hacerlo. Pero casi todos los comerciales están prolijitos, estéticamente bonitos.
La mayoría tiene además un concepto fuerte por detrás y, después de verlos, te agarran unas ganas de ir a donar pañales y leche en polvo que te tenés que contener para no gastarte todo el sueldo automáticamente.
Felicitaciones chicos. Del terremoto son los que salieron mejor parados.
¿Cómo que qué es un oxímoron?, buscalo en internet, ¿qué me preguntás a mí?
En fin, lo que nos atañe, a lo que vinimos, el meollo, el nudo, el tema del cual trataremos:
La tanda de los comerciales desde el terremoto para acá.
Sorprendido señor... sorprendido.
Difícil hacer un comercial que no sea lacrimógeno después de eso.
Difícil también hacer un comercial con puras imágenes de archivo de los noticieros.
Difícil hacer un comercial en 5 minutos un sábado a la mañana, producirlo a la tarde / noche y que salga el domingo a la mañana.
Por eso aplaudo a todos los creativos junior y estudiantes en práctica de las agencias chilenas, porque fueron ellos los que los hicieron, ya que sus jefes estaban viendo cómo se les había rayado el BMW cuando el terremoto les tiró los palos de golf encima.
Ninguna de las cosas que vi va a ganar ningún premio. De hecho, la mayoría está bien lejos de hacerlo. Pero casi todos los comerciales están prolijitos, estéticamente bonitos.
La mayoría tiene además un concepto fuerte por detrás y, después de verlos, te agarran unas ganas de ir a donar pañales y leche en polvo que te tenés que contener para no gastarte todo el sueldo automáticamente.
Felicitaciones chicos. Del terremoto son los que salieron mejor parados.
martes, 2 de marzo de 2010
¡Volvimos!
No prometo nada. Nada de nada.
No prometo que voy a seguir posteando, no prometo que los posteos van a ser buenos.
Empiezo a escribir este blog de nuevo, como un acto de psicomagia, porque desde que me borré del mundo blogueril todo ha sido malo.
Ehhh, ¡qué exagerado este Tampax! ¡cómo va a poner que todo ha sido malo!... Pensará el lector desinformado (ojo, que un poco tienen razón, no ha sido todo-todo malo, sobre todo porque uno se toma mucho la vida con soda).
Los pongo al corriente:
_ Primero ajuste de personal en la agencia donde estaba en México.
¿Y entre los ajustados quién estaba? Papito.
_ Después búsqueda de trabajo en cualquier lado en México, sin conseguir nada como la gente.
_ Abrimos las opciones y empecé a mandar carpetas a todo el mundo. Finalmente me vine a Chile de nuevo, más tranquilo, sin tanta delincuencia, sin carteles de droga, sin secuestros.
_ El mismo día que me avisan que no me van a renovar el contrato porque al trabajo que estoy haciendo lo puede hacer alguien mucho más junior (cosa con la que concuerdo totalmente) se viene un terremoto de 8.8 grados, ¿cuál sería la probabilidad de que eso ocurriera?
Así que acá me tienen, medio mala onda, pero empezando a escribir de nuevo cosas que me gustan.
Capaz que a esto no lo lea nadie, hace tanto que abandoné la costumbre de escribir acá que ni me hago ilusiones, pero es sobre todo una catarsis.
Si alguien lo lee, bienvenido a este cachito de vida que pongo a disposición del público.
No prometo que voy a seguir posteando, no prometo que los posteos van a ser buenos.
Empiezo a escribir este blog de nuevo, como un acto de psicomagia, porque desde que me borré del mundo blogueril todo ha sido malo.
Ehhh, ¡qué exagerado este Tampax! ¡cómo va a poner que todo ha sido malo!... Pensará el lector desinformado (ojo, que un poco tienen razón, no ha sido todo-todo malo, sobre todo porque uno se toma mucho la vida con soda).
Los pongo al corriente:
_ Primero ajuste de personal en la agencia donde estaba en México.
¿Y entre los ajustados quién estaba? Papito.
_ Después búsqueda de trabajo en cualquier lado en México, sin conseguir nada como la gente.
_ Abrimos las opciones y empecé a mandar carpetas a todo el mundo. Finalmente me vine a Chile de nuevo, más tranquilo, sin tanta delincuencia, sin carteles de droga, sin secuestros.
_ El mismo día que me avisan que no me van a renovar el contrato porque al trabajo que estoy haciendo lo puede hacer alguien mucho más junior (cosa con la que concuerdo totalmente) se viene un terremoto de 8.8 grados, ¿cuál sería la probabilidad de que eso ocurriera?
Así que acá me tienen, medio mala onda, pero empezando a escribir de nuevo cosas que me gustan.
Capaz que a esto no lo lea nadie, hace tanto que abandoné la costumbre de escribir acá que ni me hago ilusiones, pero es sobre todo una catarsis.
Si alguien lo lee, bienvenido a este cachito de vida que pongo a disposición del público.
martes, 3 de marzo de 2009
Hablando de Led Zeppellin
Dice el Carlitos Campbell que los argentinos nos saltamos la época de Led Zeppellin como nos saltamos el biper. Pasamos de la telefonía fija de los Rolling Stones al celular de Scorpions sin escalas.
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