martes, 30 de diciembre de 2008

¿y no se podrá entonces hacer que el año termine con el solsticio de invierno (o de verano para los del sur) y fusionar ambas fechas?

lunes, 29 de diciembre de 2008

A propósito del post anterior:

Una duda que tuve siempre:
Si dividimos los años en antes y después de Cristo (es decir AC/DC),
¿por qué Navidad es el 25 y Año Nuevo el 31?

El grinch reblandecido


Siempre fuí medio grinch, esto de la Navidad no se me da fácil.
Bueno, calculo que siempre siempre no. Supongo que cuando chico disfrutaba con la llegada de los regalos, la trasnochada, el turrón, el pan dulce (me acuerdo que en esa época le sacaba las pasas de uva), un poco más grande la sidra y/o el lemon champ, que yo mismo me encargaba de hacer.
Pero pasada la adolescencia, cuando me dí cuenta que Papá Noel son los padres... ya sé, ya sé, un poco tarde, también soy un poco caído del catre. Me empezó a causar un poco de... de... ¿cómo decirlo?, de cosita.
Porque, como dice Dolina, empecé a sospechar que todos sabían algo que yo no sabía, por eso eran tan felices y disfrutaban tanto estas fechas.
Ojo, no confundir. Me gusta juntarme con la familia, o con algún otro, comer rico, charlar hasta tarde, recibir y dar regalos, tomar un poquito de más... ¿a quién no?. Lo que me pasa es que eso se puede hacer en cualquier momento del año por eso me sorprende la importancia de la fecha.
Aquellos creyentes me dirán "¡eh, desalmado!, es cuando nació Jesús, ¿no te gusta celebrar tu cumpleaños a vos?", a lo que contestaré "aaaaahhh, entonces es una excusa para juntarse, como el día del amigo, está bien, si de excusas se trata, podemos inventar 365 y hacer fiesta todos los días, salvo el 29 de febrero de los años bisiestos, día que utilizaremos para hacer descansar el hígado un cacho".
Como siempre, empiezo a escribir por la raíz y poco a poco vos subiendo, hasta irme por las ramas, además, yo quería dejar un mensaje positivo, pero este posteo es como una arena movediza: más escribo, más me entierro.
Retomo. Les decía que para mí Navidad es medio X, pero esta Navidad me ablandó un poquito. Es decir, no fue la Navidad en sí, ni la cena, que estaba muy rica y bien acompañada (salvo por una o dos personas que no saben cómo actuar en sociedad), ni el vinito, ni los chocolates, ni el postre, que era una patada al hígado, ni los regalos, que excepto la jabonera y el libro (que está buenísimo), eran otra patada al hígado.
No... el desgrinchador, el ablandador de mocos, el tiernizador de esta milanesa de carne de cebú, fue mi hijo, el que está afuera de la panza, que le escribió un mail a Papá Noel; en realidad a Santa Claus, porque Papá Noel llega a Francia y a Argentina, acá llega Santa, que es como un clon de Papá Noel, igualito, igualito, por ahí un poco más glamoroso y abrigado, según veo. En fin, le escribió con ayuda de su madre y le pidió pelotitas de goma, ¿entendés?, no le pidió una Play Station, ni una moto a baterías de esas que son como las grandes, pero para niños, tampoco le pidió un Max Steel ni un Elmo que le hacés cosquillas y se revuelca de la risa. No, con unas pelotitas de goma, de esas que rebotan alto y rompen las bolitas del pino, el chico es feliz.
Además, en el mail pidió cosas lindas para sus papás y para su hermanito que está en la panza, o sea que además es generoso. ¡ah!, y la noche del 24 le dejó de sus galletitas a Santa, para que comiera y un vaso de leche para que no se atragante.
Y para eso, que cuesta 2 mangos, se portó bien todo el año, le hizo caso a los padres, paró peleas en el jardín, obedeció a las maestras, comió toda la comida y pidió repetir el plato.
La cara que hizo cuando abrió el paquete a la mañana (porque acá se abre a la mañana) y vió las pelotitas es casi casi indescriptible, por eso se las actúo, miren, era como así, ¿ven?
Eeeeeeso sí me hizo reflexionar y no la sidra de la noche anterior. ¡Qué poco que cuesta la felicidad!, ¡qué poco que cuesta la sonrisa de un chico!, y sin embargo, ¡cómo garpa!, te sentís lleno y una cosquillita medio chistosa te mueve la tripa como debajo del esternón (ojo, que puede haber sido el fernet, pero yo voto por la sensación de verlo abrir el regalo).
De golpe, todos los retos, todas las peleas, todas las penitencias, todos los chas chás, se disuelven y te lo querés comer a besos y abrazarlo hasta que pida pido.
Si hasta se me escapa un lagrimón hora que estoy escribiendo, vea.

PD: ¿vieron?, al final sí salió positivo el post.
PD 2: Los interesados en hacer el Grinch de guacamole que ilustra este post, vayan acá.

lunes, 15 de diciembre de 2008

sábado, 13 de diciembre de 2008

Es dura la vida del proctólogo en los países donde no se usa el bidet.

(Una reflexión que le hice a un amigo con motivo de su visita al especialista)

lunes, 8 de diciembre de 2008

No publiqué nada durante la semana pasada

Las excusas son muchas y variadas.
Las explicaciones incluyen viajes aéreos de urgencia, hospitales, sustos, hoteles con tarifas ridículas, filmaciones inconclusas, muchas llamadas telefónicas y, al fin, tranquilidad de estar en casa, con los míos y sin que nada importante haya pasado.
Nada, no fue nada, después del receso seguimos posteando.

Algo malo tengo, estoy seguro.

Leyendo un posteo del Profe donde habla de los tipos de conversación depende de cuánta sangre en el alcohol uno tenga, me he dado cuenta que sufro de una neuropatía severa que me hace saltar una de las etapas beódicas clásicas.
Nunca, nunca, pero nunca, pasé por la etapa del "¿somo amigo o no somo amigoshhh?", por más exacerbado que haya estado mi sistema, por más que haya mezclado mil bebidas, por más que (lo admito) haya quedado cantando a los gritos abrazado a gente que ni conozco. Jamás se me ha escapado un "te quiero" o un "sos mi amigo del alma".
Algo malo tengo, casi seguro, porque haciendo memoria a mi sí me lo han dicho, incluso me han jurado amistad eterna y, una vez, me prometieron regalarme una moto. Pero yo nunca he retribuído esas demostraciones de cariño espontáneo. Cuanto mucho he pagado otra ronda o abrazado a alguien para que no se caiga (o para que no me caiga).
Me he dado cuenta que borracho seré divertido, pero soy un ortiva.