martes, 15 de abril de 2008

Desargentinidad al palo

Una vez leí algo sobre el desarraigo de un rosarino que vivía en Toronto y de golpe pensé que a mí no me pasa. Y de golpe pensé: ¿por qué a mí no me pasa?. La respuesta es clara… me estoy desargentinizando.

Hace 6 años que me fui. Estuve en Chile 3 años y ahora estoy en México desde hace 3 y pico.

Si, está bien… nunca fui muy futbolero. El asado no me sale muy bien (más bien me sale realmente mal). Maradona fue el mejor jugador de fútbol y me llenó el corazón de alegría, pero de ahí a ser Dios… andaaaaa

Les digo los síntomas a todos los que están afuera, a ver si les pasa lo mismo que a mí o yo soy el único caso raro.

1_ Cambié la dieta, ya no como carne todos los días. (de hecho en Chile me atascaba de empanadas de mariscos y acá le doy duro al mole y los tacos).

2_ Ya no me llama la atención juntarme con argentos por el solo hecho de que son argentos, si no tenemos algo en común además del acento directamente no les doy bola. 3_ No me la paso buscando tele argentina en el cable.

4_ Me gustan el asado y las empanadas, pero ya no me corto las venas por ir a un restaurante argentino. De hecho los otros días fui a comer sushi casi exactamente al frente de una parrilla.

5_ En Chile decía “weón” y “cachai”. En México digo “güey”, “cabrón” y hablo de tú en vez de decir vos.

6_ Ya desconozco a la mitad de los personajes de la farándula argentina. En las vacaciones pasadas fui a las sierras (soy cordobés al fin) y me marcaron a una chica embarazada, “Pamela David, ¿cómo que no la conocés?”… y no, no la conozco.

7_ Tengo discusiones de política como si fuera un local (eso en el país donde esté, de hecho, viajo mucho a Venezuela y a Chavez lo tengo parado en la punta de un huevo).

8_ No estoy todo el tiempo pensando en volver. De hecho estoy pensando adónde me voy a ir después.

9_ Me quejo parejo en todos lados. En Argentina me quejaba de la corrupción y la inseguridad. En Chile de lo cerrada y fría de la sociedad. En México me quejo de nuevo de la corrupción y la inseguridad.

10_ Por último lo más y menos doloroso al mismo tiempo. No me siento como en casa en ningún lado y a la vez me siento como en casa en todos lados.

Creo que es una enfermedad incurable pero igual hago un llamado a la solidaridad de los lectores. Ya que no tiene cura por lo menos estaría bueno tener un grupo de autoayuda larga distancia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

acuerdate de tus pascualinas homero!!
un abrazo.

pd: y se nota que ya estas desargentinizado... AAANDAAAAA!!!!

Anaik Frita dijo...

Estás posteando todos los días, una cosa de locosssss !!
Yo te quiero mucho, pero la verdad verdadera es que siempre fuiste medio menefreguista, no se te desarrolló el gen melancólico porque parece ser que me lo acaparé yo todo: mi parte y la que te hubiera correspondido a vos...

(Está bueno el blog)

Tampax Ultra dijo...

Y si, tenés razón hermanita. Soy un desarraigado nato. Pero estar afuera igual te va cortando las raíces.