En la esquina de la oficina hay un lugar para comer que tiene buena relación precio-calidad (es decir que no te arrancan la cabeza ni te mandan a lavar los platos si te pedís una milanesa). Hace poco fue rediseñado y, como está en zona cool con edificios corporativos y todo eso, lo dejaron pipí cucú. Por fuera muy monono, por dentro también, eso incluye el baño, que es una maravilla del diseño actual.
El baño está hecho de tal manera que si vas a hacer pis no tenés que tocar nada nada nada, salvo lo estrictamente necesario, es decir el pito.
Te ponés al frente del urinario, hacés lo tuyo y cuando te alejás, un sensor tira la cadena.
Para lavarte las manos, nada de girar llaves ni apretar botones con resorte, el agua se abre porque ponés las manos abajo. Igual con el jabón, ponés las manos ahí y te tira un chorrito de jabón líquido pa que te refriegues.
Finalmente, para secarte, pasás la mano por el frente del dispensador de toallas y te larga un pedazo de papel que te alcanza justo justo, ni siquiera tenés que sacar un segundo pedazo, salvo que seas Jordan y tengas las manos así de grandes.
Lo único que no tiene es un sensor que te abra la puerta de salida, la cual tiene sólo una manija, la misma manija que tocó el tipo que estaba meando al lado mío y que no se lavó las manos cuano terminó con la tarea.
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